Themistokles

Y SU VISIÓN DE UNA GRAN DEFENSA NAVAL

Para encontrar la ciudad que Thukydides describe como “el corazón comercial de Grecia; allí donde llegan productos de todas las tierras”, hay que esperar a la figura más importante para El Pireo, Themistokles. Él intuyó por primera vez el papel tan importante que llegaría a jugar esta península en la historia de Atenas gracias a sus increíbles puertos naturales. Cimon y Pericles completaron la idea, y tras sus proyectos El Pireo se convirtió en una de “las cuatro tierras de Heraclion”.

Atenas tuvo como puerto principal el Golfo de Faliro hasta el siglo V a.C., pero Themistokles lo consideró demasiado mediocre para su idea de la gran armada naval. Así fue como empezó a construir un puerto fortificado en la península entre 493 y 479 a.C., un puerto natural que sí que le permitiría crear un imperio naval. A continuación, utilizó el dinero de las minas de plata de Laurion para mejorar los tres puertos: el puerto comercial de Kantharos (Atenas dependía de la importación de cereales, minerales y madera) y los dos puertos de guerra de Zea y Mikrolimano, donde estaban amarradas las 200 embarcaciones de guerra (triremes), las mismas que se utilizaron en la batalla de Salamis contra el rey persa Xerxes en el año 479 a.C.

Durante las decadas de 460 y 450 a.C.  Pericles completó la fortificación construyendo el Makra Teiche, el gran muro, que protegía todo el camino de El Pireo a Atenas desde ambos lados del camino. Con este muro se pretendía evitar un ataque por tierra que pudiera cortar la comunicación entre ambas ciudades.

La última intervención fue la replanificación de la ciudad por el famoso arquitecto Hippodamos de Miletus. Su plano establecía los límites de las zonas públicas, privadas y sagradas, y alrededor del 450 a.C. se trazó su nuevo plano con rectángulos como base. Así fue como se creó la nueva ciudad, que prosperaría sin cesar gracias al comercio.